viernes, 28 de mayo de 2010

Diario de un reportero












Luis Velázquez

DOMINGO

El presidente se traga una canilla

En su sexenio, el presidente Miguel de la Madrid Hurtado visitó el puerto jarocho y tomó un café con canilla en ‘’La Parroquia’’ que, entonces, se ubicaba en la avenida Independencia.

El fotógrafo Humberto Salgado Ferreira estuvo a la cacería gráfica del presidente y logró una foto sensacional en el preciso momento que Miguel de la Madrid abría la boca lo más grande posible, miraba la canilla con ansia frenética, casi lujuriosa, acercaba la canilla a la boca abierta como si fuera la entrada a una cueva, y delante de todos, asestaba el primer mordisco.

Días después, Humberto Salgado mostraba la foto, como un regalo, a don Julio Scherer García, director del semanario Proceso, y don Julio la miraba y la miraba y la miraba y, a veces, de reojo miraba al fotógrafo.

Luego, exclamaría:

--Mejor llévese la foto. Es demasiada tentación para mí que la publicaría en la portada.

LUNES

Los 200 kilos de un político

Eduardo Pesqueira Olea era secretario de Agricultura en el gabinete de Miguel de la Madrid y pesaba algo así como 200 kilos.
De acuerdo con las versiones, una noche, en una cena de gala, se trepó a una mesa a bailar y terminó quebrándola por completo, con su cuerpo desparramado en el piso.

Pesqueira era un tipo desmadroso y, por ejemplo, un domingo en la tarde, cuando una parte del gabinete acompañaba al presidente a los toros, Pesqueira sacó de la manga de la camisa una peluca que embonó a la fuerza en la cabeza pelona de Carlos Salinas de Gortari.

En una ceremonia pública, un fotógrafo de Proceso, cuyo nombre se ha olvidado, tomó una gráfica sensacional, fuera de serie.

En vez de registrar la foto de Pesqueira frente al micrófono, tomó la foto de Pesqueira por atrás, de tal manera que en primer plano resaltaban los 200 kilos del funcionario, una bola inmensa, como una avalancha, de grasa, desparramada de norte a sur y de este a oeste de su cuerpo.

La foto fue publicada en portada de Proceso.

MARTES

El inmenso placer de comerse un plátano

El maestro Fluvio Vista Altamirano era diputado local y presidente del Congreso, y en un desayuno, era tanta su hambre que agarró un plátano de un racimo en el centro de la mesa, y con una mirada de deseo lujuriento lo fue abriendo en partecitas hasta que la fruta apareció en toda su dimensión.

Sin voltear para ningún lado, sin tener en cuenta a los comensales vecinos, Fluvio Vista miró el plátano durante un instante, imaginó el sabor dulce y agradable de la fruta, y en tanto los ojos le brillaban atrás de los lentes, abrió la boca y asestó el primer mordisco.

El fotógrafo Víctor Sevillano Pérez, quien con el telefoto permanecía agazado, al acecho, lanzó el flashazo, logrando una secuencia gráfica de la primera y la segunda mordida…
La foto fue publicada en el primer número de la revista Llave y Fluvio Vista Altamirano anduvo buscando al reportero gráfico por cielo, mar y tierra… para echarle pleito.

El político nunca encontró al fotógrafo, porque Sevillano es muy escurridizo…

MIÉRCOLES

El alcalde se mete el dedo en la nariz

En el sexenio de don Rafael Murillo Vidal, la reportera Araceli Puga fundó el semanario tabloide ‘’Claridades’’, impreso en papel periódico y en color sepia.

En el primer número publicó una fotografía donde el alcalde, Mario Vargas Saldaña, se estaba introduciendo el dedo índice en la nariz, removiéndolo en la fosa nasal en búsqueda de elementos nocivos, perturbadores y gelatinosos.

La foto, claro, motivó un escándalo como si cayera un diluvio en el mundo y Araceli Puga se portó a la altura, sin intimidarse ni titubear ante los guaruras del presidente municipal que habían sido enviados para reprochar su decisión periodística.

Nunca conocimos el nombre del fotógrafo. Araceli Puga siempre lo reservó como un secreto de Estado.

JUEVES

La piyama del político

Humberto Salgado Ferreira, entonces fotógrafo de El Dictamen, llegó a la finca en Martínez de la Torre, rayando la medianoche, donde lo esperaba Ignacio Morales Lechuga, coordinador de la campaña electoral de Agustín Acosta Lagunes para gobernador, y que luego fuera subsecretario y secretario General de Gobierno en Veracruz, y después, procurador de Justicia de la nación y del Distrito Federal.

Morales Lechuga daría una entrevista a esa hora de la madrugada y se le ocurrió aparecer en piyama. Y así, la tentación fue demasiada grande y volcánica para el fotógrafo, quien, de plano, tomó una secuencia gráfica de más de veinte fotos.

Horacio Aude Zebadúa era el jefe de redacción de El Dictamen, y sucumbiendo a la tentación, publicó algunas fotos en la página tres en la primera sección.

Nunca, jamás, Morales Lechuga perdonó a Horacio Aude ni al fotógrafo ni al reportero. Simple y llanamente, Humberto Salgado había cumplido con su trabajo. Y en premio, el jefe le regaló una botella de vino…

VIERNES

El narcofuncionario monta a caballo

En el segundo año del presidente Miguel de la Madrid Hurtado, el periodista Manuel Buendía fue asesinado por la espalda, cuando salía de su oficina.

José Antonio Zorrilla Pérez, quien entonces se desempeñaba como director de la Federal de Seguridad, fue acusado como el autor intelectual del crimen, pues Buendía había descubierto sus nexos con el narcotráfico y estaba a punto de publicar el dato en su famosa columna política ‘’Red Privada’’, que se publicaba en Excelsior.

Zorrilla fue condenado a 35 años de prisión.

Pero en su tiempo de alto funcionario de la secretaría de Gobernación, José Antonio Zorrilla visitaba con frecuencia un rancho en el puerto jarocho, ubicado en la desviación de la carretera a Soledad de Doblado, y en donde solía pasar el fin de semana montando caballos de pura sangre, a los que era aficionado.

Un sábado, el fotógrafo Víctor Sevillano fue invitado a una comilona, donde Zorrilla era el festejado, y cuando trepó en su caballo favorito, Sevillano disparó su cámara obteniendo una fascinante secuencia gráfica, donde el político montaba a plenitud, dueño del día y de la noche, el mundo en sus manos, la mirada triunfadora, el cuerpo bamboleando en el animal.

Años después, Zorrilla detenido y sentenciado, el escándalo del asesinato de Buendía en los titulares de portada de la prensa defeña, Sevillano publicó la fotografía en la portada de la revista Llave, y el número alcanzó una circulación insólita.

No hay comentarios:

Publicar un comentario